viernes, 20 de noviembre de 2015

La Marea

Papa, ¿Somos personas horribles por lo que hicimos?

No te preocupes, somos personas, con todo lo que ello conlleva.

Pero es que en el colegio me enseñaron que antes de sacar las cosas hay que pedir por favor.

Hijo ¿No escuchaste cuando pregunte si podía sacarla? ¿O cuando avise que el silencio avalaría mi conducta? ¿Soy una mala persona por cumplir mi palabra?

No, supongo que no.

Claro que no, por supuesto que no. 

Pero ahora él ya no tiene nada.

No es tan así, no es como funcionan las cosas. 

Quiero saber cómo funcionan las cosas.

No lo entenderías.

¿Por que no?

Porque no quiero que crezcas, jamás.

¿Como Peter Pan?

Como Peter Pan.

¿Pero Garfio tampoco envejece o si?

Supongo que no, será un pirata adulto por siempre. 

¿Y no le entristece estar solo?

¿Como solo? ¡Pero si tiene toda una tripulación con él!

Pero siempre esta solo, yo creo que por eso persigue tanto a Peter Pan, es el hijo que nunca tuvo.

¿Y como sabes que no tuvo un hijo?

¿Qué tipo de padre no estaría todo el día con su hijo jugando, como lo haces tu conmigo?

Hijo, hay gente que no puede hacerlo por que no tiene tiempo.

¡Pero démosle del nuestro! Siempre dices que es lo único que tenemos.

La verdad es que no es lo único, te tengo a ti, y no te cambiaría por nada, ni por todas las manzanas rojas  del mundo.

¡Todas las manzanas rojas del mundo! ¡Pero deben ser muchísimas!

Yo creo que son más que muchísimas.

¿Muchísimas?

No lo se, la verdad es que no he visto muchas.

Pero tu has vivido mucho mas que yo, y yo he visto muchas cosas.

¿Muchas cosas? Cuéntame pequeño ¿Que muchas cosas has visto?

Uff, emmm ¡No se por donde empezar!

Mmm ¿Podrías empezar por casa?

¿Cual? ¿La nueva o la vieja?

No has visto la nueva aun.

No con mis ojos, pero la he visto durante todo el viaje con mi imaginación.

Cuéntame como es.

¿Seguro? Puedo ser bastante detallista, y no se si puedas imaginar tantas cosas como yo. La profesora decía que yo era un gran imaginador.

Vamos niño, cuéntame como será nuestra casa, pruébame.

Tendrá una puerta muy grande, de madera, como la que se rompió en la casa vieja. La vamos a abrir y habrá una entrada muy grande, para que quepamos todos los del barco.

¡¿Así de grande?!

¡Si! Tu me dijiste que era probable que durmiéramos todos juntos, entonces imaginé una larga habitación, con innumerables camas para que todos puedan dormir bien y despertar felices. Al lado, habrá una cocina amplia con todo lo que mama usaba para hacernos Mujaddara en mi cumpleaños, con muchas Coca-Colas.

¿Coca-Colas? ¿Por qué?

Es lo que tomaba Mazen en el colegio, y siempre me dejaba probar un poco.

Mazen ¿hablaste con el antes de venir?

Si, me dijo que iba a hacer lo mismo, pero creo que se iba para otro lugar. 

Algún día se verán de nuevo y tendrás que tener mucha paciencia.

¿Paciencia? ¿Por que?

¡Para escuchar todo lo que Mazen tenga decir, por supuesto! Ambos tendrán historias de sus aventuras.

¡Tienes razón! Empezaré a pensar en la mía.

¿No tienes sueño?

Un poco, pero no puedo dormir.

¿Por que no?

Nunca he sido bueno para dormir de pie.

Samir, descansa.

Tengo miedo.

¿Miedo de que?

Me asusta el mar.

Pero nunca te ha pasado nada con él.

Lo se, pero estamos muy cerca, y la gente empuja.

Hijo, cierra tus ojos y olvídate de donde estas.

¿Tu tienes miedo?

Samir, todos los días nos despertamos para enfrentar los demonios que nos agotaron hasta el cansancio el día anterior, y eso, eso, es valentía.

Te quiero papa.

También te quiero, Samir

¿Me cantarías la canción de mama?

¿Yo? Sabes que no se cantar.

Por favor.

¿Estas seguro?

Es la única forma de que logre dormir, por favor.

Esta bien, pero no te rías.


Samir el inteligente
Con su pelo aseado y cuidado
Quien te quiere
Te dará un beso
Pero quien te odie
Tendrá problemas

Duerme, duerme
Ofrécete a él, paloma
Vuela, paloma, y no te detengas
Una mentira blanca le cuento
Para que Samir pueda dormir

¿Echas de menos a mamá?

Todos los días ¿Y tu?

No tanto, se que siempre está con nosotros.

Duerme Samir, mañana será un día largo.

Buenas noches papá.

Descansa.



Mientras la marea balanceaba ferozmente la embarcación, una lagrima de esperanza recorrió una piel tostada por la guerra y el miedo, mientras una melodía siria recorría su garganta y aperlaba sus ojos. Sus brazos sostenían al niño que dormía en su hombro víctima del cansancio, mientras el comía lo que su hijo había dejado de la manzana que habían robado hace un rato. Apoyaba su espalda con la de quien tenía atrás y protegía al pequeño de la muchedumbre, ansioso por llegar y cumplir la promesa que le hizo a su mujer en su último aliento: Darle a Samir un lugar donde jugar a salvo.

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