Después de un tiempo, no
supe qué era lo que estaba buscando al otro lado de la pantalla. ¿Era a mí
mismo? Apagaba y prendía mi celular una y otra vez, confiando que era la señal
la que fallaba, o el aparato mismo. Tal vez había agotado los megas de un plan
ilimitado, vaya a saber uno si no se equivocaron justo este mes, de este año,
los de la compañía de teléfono. Me hablaba en voz baja que daba lo mismo, tenía
que estar tranquilo, dejaba el teléfono lejos de mi alcance para dejar de buscarlo
con las manos. A los pocos minutos buscaba una excusa para mirarlo una vez más
y revisar si me había llegado alguna notificación. Nada. Bueno debe ser que tal
vez se cayó Whatsapp. Todos saben que se si se cae uno se caen todos, si total,
el dueño es el mismo. Miro la pantalla una vez más y solo veo mi reflejo
embobado en la inescrutable pantalla negra de mi celular. Quien sabe cuántos
milímetros de soledad, silencio y vacío. Capaces de conversar con personas al
otro lado del mundo, y nadie parecía interesarse en mí.
No me aguanté y le mandé un segundo mensaje. Y por la ansiedad, con la inercia le mandé un tercero. El
cuarto no lo mandé por que la vi en línea. Esas dos palabras de mierda que se
alojan entre ceja y ceja, penetrando la sien y haciendo eco en los oídos. Se
desconectó. No me quiere hablar. Bueno ya es definitivo, nada por que seguir
peleando, son cosas que pasan, se hizo lo que pudo. Al menos tengo la
tranquilidad de que hice todo lo posible, agoté los recursos, no me arrepiento
de nada. Si tenía que acabar, ¿Quién soy yo para cuestionarlo? Uno está solo no
porque sea insufrible, sino por que uno no se da cuenta de lo que lo rodea. Eso
es, tengo a mis amigos, mi familia, no es tan terrible. Se conectó de nuevo, a
ver si me habla. Me alojo, momentáneamente en otra conversación, le hablo a un
amigo a quien le perdí el rastro hace meses, solo para engañarme y pensar que
no estoy cual Penélope esperando a una Ulises que no me tiene ni en su mapa de
ruta. Probablemente soy uno más entre miles.
Me está escribiendo.
Mierda. Si me pone algo así como pidiendo perdón por no contestar en tanto rato
o algo así, le digo que no importa, que ya está y nos pasa a todos, que a veces
estamos tan ocupados en lo nuestro que se olvida uno del teléfono. Mentira, nunca
en la reputísima vida he logrado dejar la mierda de celular a más de 17
centímetros de la Palma de mi mano. Bueno, ¿Y si se hace la loca? Así como que
le da lo mismo, como que no se entera, como que no importa que alguien quede
esperando una respuesta suya. No, así no. Si no me da una excusa creíble, y la
demuestra fehacientemente, no le respondo. Así nomas, me aburrí de ser yo el
que espera. Siempre así, ahora le toca a ella. ¿Ella me hizo esperar tres
horas? Pues toma seis, y si me acuerdo. Tengo mejores cosas que hacer. Dejó de
escribir. ¿Tal vez se arrepintió? ¿Le da vergüenza? No, no, no, yo sabía que
los tres mensajes era un error va a pensar que soy un intenso, que cagada. No
dale, ahí esta escribiendo de nuevo. Tomate tu tiempo, dime lo que quieras, te
espero nomas, no te preocupes. Al menos dame una señal de que no estoy
totalmente loco por esperar un mensaje tuyo.
Bueno y me respondió así
como quien no quiere la cosa, se acabo todo, todo, todo. La verdad me da lo
mismo, ni la quería tanto. El regalo que le pedí seguro se lo doy a otra, o a
mi hermana si me apuro un poco. Ya estamos, ¿Me descargo Tinder y hago el loco
un rato? No, ¿Para qué? Siempre lo mismo. Pongo modo avión el teléfono y me voy
a vivir un rato. Ahora con tiempo tal vez vea una película y todo, que importa.
Me escribió de nuevo. Esas son dos veces seguidas. ¿Qué hago ahora? Me dice que
vayamos al café de siempre. ¿A las 5? Complicado, pero alcanzo. Si vamos, se le
hecha de menos, además es muy simpática, lo vamos a pasar bien. Además es
linda, me encanta, se que se lo he dicho, ¿Pero será suficiente? En una de esas
mejor le compro unas flores, tal vez un chocolate. No, chocolate mejor no, si
nos vamos a tomar un café mejor que no sea nada que se tome. Además, seguro la
invito yo, las flores y el chocolate tal vez sea mucho. Son las 4.30, mejor voy
saliendo. ¿No querrá que la pase a buscar? Me dijo que no, bueno quien sabe,
tal vez anda por ahí cerca y quería caminar. Mejor llego un poco antes por si
la pillo caminando, para acompañarla. Que bueno, me encanta este café, es un
buen lugar para conversar y pasar un buen rato. Ya bueno, ¿Entonces le compro
cuantas? ¿12 son muchas? Igual si, pero 10 parece como que me quede corto y
menos es de tacaño. Eso, 5 girasoles se ven como mucho por qué son grandes,
pero no tanto. Sería papelón si llego y no le gustan. ¿Te imaginas llego y se
enoja? ¿Y si me quiere terminar? Nada, estoy loco, seguro estoy pensando
demasiado.
¿Y si no?