Alguna veces me detengo a pensar y por un momento cruza mi cabeza el deseo de que mi vida fuera como una película. Ya saben, trama predecible, un conflicto a la mitad y que todo resultara bien al final. Me gustaría poder escuchar la música de esta película y así darme cuenta cuando son los momentos alegres, esos que hacen que el corazón del espectador se entibie, se apriete un momento, para luego soltar toda la emoción en un resoplido de alivio, una carcajada en conjunto conmigo, el protagoniza de esta película. Imaginen, aunque sea por un segundo, el poder reconocer esos instantes que en el futuro atesorarán por siempre, esos abrazos apretados de un abuelo que ya no vimos más, cantar una canción junto con amigos, como si el mañana no fuera nada más que una hipótesis, una teoría, donde el ahora se esconde entre risas estrepitosas que dan paso a cómplices miradas, un nuevo acorde y gargantas castigadas por tanto grito desentonado. Un sorbo de mate mientras manejo despreocupado, escuchando una canción en inglés que intento cantar, sin importarme si me se bien la letra o si solo hablo en un idioma que nadie más que yo entenderá jamás. Espero que algún día alguien más lo haga.
Me gustaría también saber cuando la música apunta al suspenso, al peligro, al inminente golpe que se aproxima trepidante. ¿Por qué? No lo se en realidad. No es como que pueda evitarlo ¿O si? Tal vez solo para poder prepararme, afirmar la cabeza y evitar caer a la lona con cada embate del destino. Cuando me lesione en la mejor temporada de mi vida, cuando reprobé mi primer examen. Cuando murió mi perro. Si tan solo me hubiesen avisado que esa sería su última noche, no me habría despegado de su lado. Si me hubieran avisado que esa relación que tanto trabajé por qué funcionara dejaría secuelas, tal vez habría tenido más cuidado, no me habría abierto tanto.
Tal vez de eso se trata todo esto. De aprender al paso que la vida es impredecible y que la tómbola nunca deja de girar. A veces tienes suerte y sacas un papelito que te deja ahí, perdido en un lugar del sur, escuchando la brisa planear sobre un lago cristalino. Otras veces toca avanzar a punta y codo entre la mierda, te peleas con tus padres y dices cosas que no te gustan. A veces una lágrima se aloja en tu cuenca y no tienes claro que es lo que te perforo el corazón esta vez, y te gustaría escuchar la canción de la película para saber si vas a salir de esta. El secreto está en que siempre se sale. No recuerdo quien fue el hijo de puta que me dijo esta frase, pero la atesoro como el único salvavidas en un momento complicado de mi vida: La mierda siempre sale a flote. A veces tendremos días que pensamos que todo se viene abajo, los pilares derrumbados y todo parece ruinas de lo que alguna vez fue una vida hecha y derecha. Otros días vamos a despertar y el sol va a entibiar el rostro con un calor único, esperanzador. Tu tranquilo que todo pasa.
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