Solo a tu
lado el inconmensurable ruido del silencio se hace tan reconfortante como
perderse en la eternidad de tus pupilas. Tu silente compañía irradia un calor
propio de aquel tibio sol de invierno, y tu mano sobre la mía se siente como el
infantil tacto del hilo que sostiene un globo hinchado de helio. Y como aquel
globo que es sostenido por la débil mano del niño, te fuiste volando en el
minuto que dejé de aferrarme a ti. Desapareciste como el rocío después de regar
la vida, como el sudor que se evapora de los cuerpos desnudos. Y solo queda
estar agradecido, por que mi mano en tu cintura me mantuvo firme en tierra, y
tu mano en la mía me hizo sentir que podía despegar en cualquier momento.
Este puede
ser un hola, un adiós, un hasta pronto, incluso un no quiero verte nunca, pero
siempre con una sonrisa en el rostro y gratitud en el alma, recuerdos en el
corazón y un pedazo mío en ti, así como un pedazo tuyo dentro mío. La historia
seguirá su rumbo, inexorable, y nosotros la seguiremos obedientemente, pensando
ser dos despistados protagonistas de esta delicada e inigualable historia.
Espero quedar en tu memoria y que tu piel extrañe la mía, tal como mis ojos
hinchados buscan descansar en la laguna bronce de los tuyos.
Quererse
es un ejercicio tan simple como complejo, mutuo y recíproco, mas distinto e
inexplicablemente asimétrico. Uno tiene siempre que estar dispuesto a querer
más y que lo quieran menos, vivir con eso y aceptar la realidad, cruzando los
dedos para que la vida ponga en el corazón del frente tanto cariño como el
propio. Mas yo me pregunto: ¿Puede alguien quererme más de lo que me quiero a
mi mismo? Gracias por tantas respuestas a preguntas que jamás me atreví a
cuestionar, por tanta risa que hace eco en mi memoria. Por tantas experiencias,
por tanto amor. Espero la próxima vez que te vea, te vea feliz, de mi mano o de
la que toque, pues el amor que te tengo no deja espacio a celos egoístas.
Espero mi sonrisa ahogada en lagrimas te alcance en algún momento, y te haga
recordar que juntos fuimos felices. Espero que la vida te sonría y que el
pasado te sea reconfortante, que el presente sea tu hogar más cálido, y que el
futuro sea el domicilio de tus sueños y deseos.
Solo me
queda una cosa más que decir: Gracias por tanto, tanto, tanto.
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