Mi
garganta lacerada se cansó de gritar tu nombre y mi estómago ulcerado dejo
escapar las mariposas que una vez lo habitaron. Un corazón, antes tibio y
alegre, hoy se codea con el frío y una mirada gélida se proyecta hacia el
infinito. A veces tiene recuerdos del ayer y sonríe, por que hace memoria de un
tiempo que tal vez fue bonito en su minuto, pero una cosa lleva a la otra y
todo lo que sucedió se agolpa en su pensamiento para quitarle el sueño. Maldita
sea quien hizo tan duradera la vida y tan frágil el espíritu. Mis manos
olvidaron la curva de tu cintura y hoy solo buscan los bolsillos gastados de
este pantalón gastado. Los pies que caminaron compartiendo tus compases ahora
solo improvisan sobre la marcha, hacia adelante y sin mirar atrás. Con tu puñal
cavaste un agujero en mi espalda y la vida se ha preocupado de hacérmelo
sentir. Mis dedos extrañan el nudo que hacíamos juntos y mi cabeza ya no tiene
un hombro donde consolarse, el peso de los pensamientos sostenidos apenas por
un suspiro.
Fue tanto
lo que dejaste en mi, que mi cuerpo sintió abstinencia, eras una droga que me
cegaba día a día, que me adormecía, que nublaba la razón. No hay mejor sabor
que el de un recuerdo blanqueado por el tiempo. Hoy miro hacia atrás con
cariño, pero con sentido. Con ternura, pero sin ignorancia. Ahora entiendo
mejor, comprendo las palabras y las acciones. Hoy es el último día que te
pensaré, y por esto es que te dejo un detalle en mi memoria. Fuiste quien más
me hizo sufrir, y quien me hizo más feliz. Y al final, la vida supo dar lo que
cada uno necesitaba. Hoy somos el titilar de una estrella fugaz, el eco de un
grito apasionado. No somos más que aroma en el viento. Hoy no somos, sino soy,
sino eres, y la sonrisa que antes compartíamos, esa que antes nos quitábamos,
ya no es una sola saltando de tu rostro al mío, sino dos que caminan en
direcciones eternamente paralelas, sin cruzarse nunca más. Y sin saberlo, se
que tu sonrisa hará feliz a tanta gente que todo esto habrá valido la pena.
¿Por que ser una realidad agotadora cuando podemos ser un bello recuerdo?
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