domingo, 19 de marzo de 2017

El Camino

La vibración del mantra retumba por mi cuerpo como si cada una de mis extremidades fuera dura como bambú, pero flexible como una cobra. La totalidad de la existencia, el sonido y la realidad suprema retumban dentro de mí, siguiendo los pasos del mantra que fue entregado, generación por generación, a los oídos más necios para que las mentes de habrán y los cuerpos de entreguen a la naturaleza. Nada es nuestro a fin de cuentas.

Mi vida danza entre las hierbas del bosque, acogiendo el frío del invierno y el ardiente verano. Mi comida es el sonido y solo el camino a la iluminación podrá contener el sonido que hace vibrar al mundo. Las bayas que el bosque deja a sus pies son mi combustible, pero yo solo sirvo al sonido y el sonido me utiliza para llegar a la iluminación.

"Om manipadme hum". La generosidad de entregar toda mi vida a la naturaleza, y que está me guíe a la iluminación, no como un intercambio, sino como una ayuda mutua. Limpia el deseo de la entretención, el lujo, arranca de mí las impurezas de los sentimientos. Dame paciencia para olvidar los arrebatos y las pasiones. Ayúdame con tu prestancia para nunca dejar de lado el camino de la iluminación. Ayúdame a renunciar a todo lo que la carne me otorga, todo lo que el mundo me ofrece, ayúdame a solo enfocarme en encontrar el camino. Con tu sabiduría quita la ira, la agresividad y todos los sentimientos que la miserable humanidad tiene enraizada tan dentro suyo.

No debo amar porque eso significa apartar mi mirada de la meta, no debo compartir porque estaría fomentando la avaricia en los demás. No debo sonreír porque estaría demostrando arrogancia. No puedo ser feliz por qué me dejaría llevar por las pasiones. El camino a la iluminación no debe ser cuestionado. Solo mi piel cubre el cuerpo que he entregado a ese camino. La vida no es una excusa para aprovecharnos de nuestros sentimientos, sucios por naturaleza, mezquinos desde su nacimiento. El camino debe ser puro, debe ser simple. El ascetismo es el único camino a la verdad, la iluminación cubrirá las cabezas de quienes entreguen todo lo que tienen, hasta el último aliento de sus vidas.


La carne del cuerpo se descompone, pero aún la iluminación no sacia el vacío que existe dentro de mí. ¿Por qué me abandona cuando ya no queda nada por abandonar? ¿Dónde puedo dejar mis esperanzas? Mis emociones, reprimidas durante tantos años, solo terminaron carcomiendo la carne y arrastrándome junto a la tierra, misma tierra que veneré hasta el cansancio pensando que era la única respuesta. ¡Te maldigo, camino iluminado! ¡Maldigo tu hipocresía y tu afán deshumanizado! Recitaré mi mantra por toda la eternidad, esperando que ningún joven en busca de respuestas caiga, como yo, en el camino más oscuro para llegar a la iluminación.

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